Los cómics de Hellblazer me inspiraron para escribir un relato. En aquel momento de mi trayectoria vital surgió de mi la iniciativa de experimentar con escenarios urbanos y narrativas distintas a las que estaba tratando con ‘Gustav’, mi obra más personal.
Elegí a John Constantine porque me hechizó su misticismo y vi en él una mezcla entre lo decadente, lo esotérico y una cínica crítica social que me atrapó. Preparé unas páginas de muestra para el mercado norteamericano.
En ‘Red walls of London’, Constantine tiene que resolver el caso de la desaparición de unos adolescentes grafiteros que han sido poseídos por un espíritu ancestral. El protagonista se tendrá que enfrentar a una fuerza primigenia. Para vencerla contará con su fiel amigo, el taxista Chas Chandler, y su sobrina Gemma.
La técnica utilizada ha sido el lápiz y la tinta tradicionales y los acabados de grises en digital.