En ‘Red walls of London’ he explorado varios conceptos para el desarrollo visual de los personajes. A Constantine lo imaginé con diferentes looks; primero diseñé para él un traje carcomido, hecho trizas. Luego me dediqué a dar un toque más ‘años 80’ a su pelo y, desde el principio, lo visualizé con una barba desaliñada.
A su sobrina Gemma la vi siempre morena, con cara de niña bonachona pero interesada en lo esotérico, que pudiera ayudar a Constantine a resolver sus problemas en la historia.
Chas Chandler, el taxista, tendría formas redondeadas, sería una persona agradable, confidente y mano derecha de Constantine.
Algo que tuve muy claro es que los villanos irían encapuchados. Así, reforzaría el halo de misterio con sus atuendos juveniles de banda urbana.
Para la creación de los monstruos me inspiré en la mitología de antiguas civilizaciones. El hecho de que la malvada sea una momia se relaciona con este interés por el mundo arcaico.
En general, he buscado nuevas formas con la mezcla de acuarelas, tintas de colores y gouache.